lunes, 11 de julio de 2011

Elecciones en Buenos Aires. Transexuales votan por primera vez en mesas mixtas

Por primera vez, las transexuales fueron a votar sin padecer el escarnio de miradas inquisidoras al verlas entrar al cuarto oscuro de las mesas masculinas. Algunas sonrisas socarronas se filtraron, pero todo se diluyó en las colas mixtas.

Malva sólo quería ser entrevistada ahí, en medio del barrio, entre la concurrencia endomingada que se reunía a emitir su voto en la escuela Luis Pasteur, en una de las esquinas de Villa Urquiza. Después del mediodía, entró buscando su mesa, ahora mesa mixta, sin colas separadas entre varones y mujeres con ciudadanos fragmentados por categorías de sexo en escenarios que se convirtieron históricamente en parte de los espacios públicos desde donde las travestis vivieron la exclusión. Una escena escabrosa, como la recuerda Malva en este mismo momento: “Muy escabroso era”, dice ella, escritora con 90 años de historias de desacatos sobre el cuerpo. “Porque fijate vos que nosotras hacíamos la cola donde estaban los hombres, porque yo estoy empadronada como varón; todos me miraban, se daban cuenta, era un poco chocante para mí, para ellos no, para ellos era motivo de risa, motivo de mofa, me decían ‘señora, se equivocó de lugar’, y yo no, no respondía nada. ¿Para qué?”

viernes, 8 de julio de 2011

Cine LGTB - "Beginners" aborda la salida del armario a una edad avanzada

En su segundo largometraje de ficción Mike Mills se enfrenta a la más personal y autobiográfica de sus realizaciones. Está basada en la historia de su padre, quien reveló su homosexualidad cuando ya era anciano, una vez que su esposa de toda la vida había fallecido.

Mike Mills, no confundir con el bajista del grupo R.E.M., es uno de los realizadores de videoclips que mejor ha sabido adaptarse al lenguaje cinematográfico. Lo demostró hace diez años con el documental «Paperboys», en el que glosaba la figura tan típicamente norteamericana del repartidor de periódicos. Su ópera prima «Thumbsucker» fue una adaptación de la novela de Walter Kirn sobre los complejos juveniles, en la que el protagonista era un chico que se seguía chupando el dedo a pesar de estar a punto de cumplir los 18 años. Ahora se ha sentido ya preparado para hacer un segundo largometraje más personal y de carácter autobiográfico, ya que habla de la especial relación con su padre.